Cómo prevenir problemas laborales con contratos bien redactados

La redacción de contratos laborales es un paso esencial en la relación entre empleadores y empleados. Un contrato bien redactado no solo protege los derechos y obligaciones de ambas partes, sino que también previene conflictos que podrían surgir a lo largo de la relación laboral. En este artículo, exploraremos los elementos esenciales de un contrato laboral y cómo su correcta redacción puede evitar problemas en el futuro.

Importancia de un contrato de trabajo bien redactado: marco normativo en España

El contrato de trabajo es el documento que formaliza la relación laboral entre ambas partes, estableciendo derechos y obligaciones. En España, el Estatuto de los Trabajadores (ET), aprobado mediante el Real Decreto Legislativo 2/2015, es la norma fundamental que regula las relaciones laborales. Según el artículo 8 del ET, el contrato laboral puede celebrarse por escrito o de manera verbal, aunque en determinados casos es obligatorio que se formalice por escrito. Algunos ejemplos incluyen los contratos temporales, los contratos a tiempo parcial y los contratos de obra y servicio.

La falta de un contrato escrito en estos supuestos no solo supone una infracción, sino que, en general, la ausencia de un contrato claro puede dar lugar a interpretaciones erróneas sobre las condiciones laborales, lo que puede derivar en conflictos. Un contrato detallado y conforme a la normativa vigente protege tanto al empleador como al empleado, asegurando que ambos comprendan y acepten las condiciones de la relación laboral.

Elementos esenciales de un contrato de trabajo

Un contrato laboral bien redactado debe incluir ciertos elementos esenciales para garantizar la seguridad jurídica de ambas partes. Vamos a detallar los puntos más relevantes:

     1. Identificación de las partes

El contrato debe identificar claramente al empleador y al empleado. Incluye el nombre completo, el número de identificación fiscal (NIF) de la empresa y el número del documento nacional de identidad (DNI) o NIE del trabajador, así como sus direcciones.

     2. Tipo de contrato

Es fundamental especificar el tipo de contrato que se celebra, ya sea indefinido, temporal, de formación, de prácticas o cualquier otro recogido en el ET. Cada modalidad tiene implicaciones legales diferentes, reguladas principalmente en el artículo 15 del ET. Por ejemplo, un contrato temporal debe detallar la causa que justifica su temporalidad.

     3. Jornada y horario laboral

El contrato debe especificar la jornada laboral, ya sea a tiempo completo o parcial, indicando el número de horas semanales y, si corresponde, el horario concreto. Según el artículo 34 del ET, la jornada máxima es de 40 horas semanales de promedio en cómputo anual.

Para los contratos a tiempo parcial, se debe reflejar el porcentaje de horas respecto a la jornada completa. No hacerlo puede dar lugar a que se presuma una jornada completa, lo que podría generar reclamaciones salariales.

     4. Salario y retribuciones

La remuneración del trabajador debe quedar claramente especificada, incluyendo el salario base, los complementos salariales y cualquier otro beneficio.

Recuerda que el salario no puede ser inferior al Salario Mínimo Interprofesional (SMI), que en 2024 es de 1.080 euros mensuales en 14 pagas y debe respetar lo establecido en el convenio colectivo aplicable.

     5. Período de prueba

Si se acuerda, debe constar por escrito y no puede exceder los límites establecidos en el convenio colectivo aplicable o, en su defecto, los máximos legales: seis meses para técnicos titulados y dos meses para el resto de los trabajadores, según el artículo 14 del ET.

     6. Duración del contrato

En los contratos temporales, es obligatorio indicar la fecha de inicio y la fecha de finalización, así como la causa que justifica la temporalidad. En caso de no especificarlo, el contrato podría considerarse indefinido según lo establecido en la reforma laboral.

     7. Puesto de trabajo y funciones

Descripción detallada del puesto, las tareas a realizar y la categoría o grupo profesional correspondiente, de acuerdo con el sistema de clasificación profesional vigente en la empresa.

     8. Lugar de trabajo

Indicar el centro o centros donde se prestarán los servicios. Si se requiere movilidad geográfica, deben especificarse las condiciones y límites de la misma, conforme al artículo 40 del ET.

     9. Vacaciones

Determinar la duración de las vacaciones anuales retribuidas, que no puede ser inferior a 30 días naturales, según el artículo 38 del Estatuto de los Trabajadores.

     10. Convenio colectivo aplicable

Indicar el convenio colectivo que rige la relación laboral, lo cual es fundamental para determinar condiciones específicas de trabajo, salarios y otros derechos y obligaciones.

     11. Cláusulas específicas

Dependiendo de las necesidades de la empresa, pueden incluirse cláusulas de confidencialidad, no competencia o de exclusividad, siempre respetando los límites legales.

Consecuencias de un contrato mal redactado

La falta de un contrato escrito, cuando es obligatorio, o la omisión de alguno de sus requisitos puede dar lugar a diversas consecuencias:

  • Presunción de contrato indefinido y a jornada completa: Si no se formalizan por escrito los contratos de prácticas y para la formación y el aprendizaje, los contratos a tiempo parcial, fijos-discontinuos y de relevo y los contratos para la realización de una obra o servicio determinad, así como los contratos por tiempo determinado de duración superior a cuatro semanas, se presumirá que el contrato es indefinido y a jornada completa, según el artículo 8.2 del ET.
  • Reclamaciones por despido improcedente: Si un contrato temporal no justifica adecuadamente la causa de su duración, el trabajador podría demandar a la empresa por despido improcedente al finalizar el contrato.
  • Confusión sobre las funciones: La falta de claridad en las tareas asignadas puede llevar a malentendidos y a incumplimientos contractuales.
  • Sanciones administrativas: La Inspección de Trabajo puede imponer multas a la empresa por incumplimientos en materia de contratación, conforme a la Ley sobre Infracciones y Sanciones en el Orden Social.

Errores comunes en la redacción de contratos

  1. Uso de modelos genéricos: Muchos empleadores utilizan plantillas estándar que no se ajustan a las necesidades específicas de la empresa, lo que puede llevar a conflictos legales.
  2. Falta de actualización normativa: Un contrato redactado según normativas obsoletas puede ser declarado nulo o generar sanciones por parte de la Inspección de Trabajo.
  3. Ambigüedad en las condiciones: Términos vagos o abiertos a interpretación generan dudas que pueden desembocar en disputas.
  4. No especificar las condiciones de extinción: El artículo 49 del ET regula las causas de extinción del contrato. Es importante incluir estas condiciones para evitar malentendidos en caso de finalización de la relación laboral.

Recomendaciones para la redacción de contratos de trabajo

  1. Asesoramiento legal: Contar con el apoyo de un profesional en la materia garantiza que el contrato cumpla con la normativa vigente y se adapte a las necesidades específicas de la empresa y el trabajador.
  2. Actualización constante: Las leyes laborales pueden cambiar; es importante revisar y actualizar los modelos de contrato periódicamente para asegurar su conformidad con la legislación actual.
  3. Claridad y precisión: Utilizar un lenguaje claro y preciso en la redacción del contrato facilita su comprensión por ambas partes y evita interpretaciones ambiguas.
  4. Personalización: Adaptar el contrato a las particularidades del puesto y las circunstancias de la relación laboral, evitando el uso de modelos genéricos que no contemplen las especificidades necesarias.

En conclusión, la redacción de contratos laborales resulta fundamental para asegurar relaciones laborales sólidas, protegidas y ajustadas a la normativa vigente. Un contrato bien estructurado y detallado no solo garantiza los derechos y obligaciones de ambas partes, sino que también ayuda a prevenir conflictos y sanciones legales. Contar con asesoramiento profesional, personalizar los contratos según las necesidades específicas y mantenerlos actualizados conforme a los cambios legales son pasos esenciales para establecer un entorno laboral seguro y transparente.